Cultura y Socialización. Relaciones entre sociedad y aprendizaje.

d02e39d4deaac08f4510f4fe12c1200

Ser auténtico es una de las tres actitudes básicas, al igual que la empatía, empatizar es poder sentir lo que el otro está sintiendo, esto no es posible de lograr siendo distante y no estar involucrado de forma directa y auténtica, de hecho ser auténtico y humano, no solo es importante en la entrevista, también en la vida cotidiana, es una forma de ser sin máscaras, ni clichés, en una relación auténtica y cargada de aprecio positivo incondicional.

Pero también debemos cuidar no traspasar las fronteras personales, que altera la asimetría de los roles, como tener encuentros fuera del contexto con familiares o simplemente salir a tomar una copa o un café o aceptar invitaciones personales, lo importante es mantener el rol y cuidar la asimetría, sin perder el respeto y la comunicación auténtica y empática.

Sociedad y Aprendizaje

La complejidad de las relaciones que establece un hombre con otros deriva una serie de términos difíciles de distinguir, entre los que pueden mencionarse la influencia social, los agentes sociales, la socialización y el aprendizaje. Ahora bien, el proceso de influencia social se refiere a las situaciones en que las acciones de un individuo o grupo influyen en el comportamiento de los demás, es decir, dado que los seres humanos están necesariamente orientados hacia otros seres humanos dentro de su medio, la influencia social se manifiesta cada vez que un individuo responde a la presencia real o implícita de otro u otros.

La mayoría de nuestras características – incluyendo nuestra personalidad – son de cierto modo influidas por la interacción social. Las relaciones de influencia que existen entre un grupo y un individuo son: conformidad, liderazgo, prejuicio, moral colectiva y otros fenómenos propios de los grupos. Por ejemplo, respecto a la conformidad y el liderazgo, la fuente o el agente de influencia es un individuo capaz de dirigir y modificar los comportamientos y las actitudes de los otros, mientras que el prejuicio es un fenómeno intergrupal cuyo origen se halla en los efectos de la identificación de grupo. La moral colectiva es una actitud compartida por el grupo que influye sobre otros resultados individuales.
La conducta social depende de la influencia de otros individuos y la interacción social es una de las claves de este proceso. La interacción social produce efectos sobre la percepción, la motivación y, especialmente, sobre el aprendizaje y la adaptación del individuo. Permíteme poner un ejemplo que aclare esta situación. En un notable experimento realizado por el psicólogo Solomon Asch (1951), él pidió a un grupo de estudiantes universitarios que observaran líneas de diferente longitud y luego las aparearan con una idéntica elegida entre tres alternativas. La discriminación visual era muy fácil de hacer y los estudiantes podían aparear las líneas con una precisión casi total cuando trabajaban solos. Luego los investigadores recurrieron a un pequeño engaño para confundir su juicio.
En la habitación donde se realizaba la prueba hicieron entrar a otros estudiantes a quienes aparentemente se los había invitado a realizar la misma prueba, pero que en realidad eran miembros del equipo de investigación a quienes se había pedido que falsificaran deliberadamente sus respuestas. Esto tuvo un efecto desastroso en el rendimiento de los primeros estudiantes, cuyos juicios comenzaron a tambalear desde el momento en que descubrieron que sus opiniones estaban en conflicto con las de los recién llegados.
En lugar de mantener su propia evaluación, tres cuartas partes de los estudiantes comenzaron a sufrir la influencia de las evaluaciones falsificadas de quienes les rodeaban. Como resultado, sus puntajes cayeron drásticamente. Aun cuando la opinión de la mayoría era obvia y groseramente incorrecta, muchos prefirieron seguir al grupo en lugar de afirmar su propio juicio.
La socialización es un proceso mediante el cual los individuos pertenecientes a una sociedad o cultura aprenden e interiorizan un repertorio de normas, valores y formas de percibir la realidad, que los dotan de las capacidades necesarias para desempeñarse satisfactoriamente en la interacción social. Dicho proceso dura toda la vida e implica un influjo recíproco entre una persona y sus semejantes. La aceptación de las pautas de comportamiento social tiene importancia en el plano objetivo. A través de la socialización, una sociedad transmite su cultura de generación en generación y en la vertiente subjetiva nos encontramos ante un proceso que tiene lugar en la persona. En este contexto, vale la pena mencionar que no existe un solo tipo de socialización, sino que se distinguen dos modalidades, a saber;
1. Socialización Primaria: Es la primera por la que el individuo atraviesa en la niñez. Por medio de ella se convierte en miembro de la sociedad. Remite al núcleo familiar y por ende se caracteriza por una fuerte carga afectiva. Tal socialización depende de la capacidad de aprendizaje del niño y varía a lo largo de su desarrollo. El individuo llega a ser lo que los otros significantes lo consideran. Los adultos son quienes disponen las reglas del juego, porque el niño no interviene en la elección de sus otros significantes, se identifica con ellos casi automáticamente sin provocar problemas de identificación. La socialización primaria finaliza cuando el concepto del otro generalizado se ha establecido en la conciencia del individuo. En este momento ya es miembro efectivo de la sociedad y está en posición subjetiva de un yo y un mundo.
2. Socialización Secundaria: Es cualquier proceso posterior que induce al individuo ya socializado a nuevos sectores del mundo objetivo de su sociedad. Es la internalización de submundos, realidades parciales que contrastan con el mundo de base adquirido en la socialización primaria y basadas en instituciones. El individuo descubre que el mundo de sus padres no es el único. La carga afectiva es reemplazada por medios pedagógicos que facilitan el aprendizaje. Se caracteriza por la división social del trabajo y por la distribución social del conocimiento; adicionalmente, las relaciones se establecen por jerarquía. Un comentario en relación a los tipos de socialización descritos: uno de los educadores que más se interesó en el proceso de socialización fue Emile Durkheim, cuya propuesta bien puede resumirse en los siguientes principios:
  • Los hechos sociales son exteriores al individuo.
  • Los hechos sociales son modos de actuar, pensar y sentir, exteriores al individuo y poseen un poder de coerción en virtud del cual se lo imponen.
  • La educación debe cumplir la función de integrar a los miembros de una sociedad por medio de pautas de comportamiento comunes, a las que no podría haber accedido de forma espontánea.
  • La finalidad de la sociedad es crear miembros a su imagen y semejanza.
  • El individuo es un producto de la sociedad.
  • Una postura complementaria a Durkheim es la de Max Weber (2000), quien resume que la socialización se caracteriza por los rasgos siguientes:
  • La sociedad no puede existir sin la acción de los individuos.
  • El punto de partida de los hechos sociales son las acciones de los individuos.
  • Las acciones sociales representan toda acción orientada en un sentido, el cual está referido a las acciones de los otros.
  • Las relaciones sociales implican acciones sociales recíprocas.
  • La sociedad es los sujetos actuantes en interacción.
En esta dinámica, a todos los factores que transmiten una cultura social al individuo y que intentan formar su personalidad mediante la transmisión de valores y concepciones de la cultura en la que viven, se les denomina agentes socializantes. Cabe destacar que el agente de socialización primero en el orden temporal, y de gran importancia es la familia, pues en ella comienza el aprendizaje e interiorización de las pautas sociales. La familia no sólo es el lugar en donde nace el niño, sino también el agente socializador en el que tienen lugar las relaciones sociales más profundas y persistentes. Por ejemplo, varios estudios relacionan las conductas violentas de un individuo con los malos tratos sufridos en su entorno familiar. En la familia se adquieren la mayor parte de las creencias, actitudes, valores, normas y prejuicios que configuran la personalidad social del individuo. Otro agente socializante es la escuela, pues es el complemento de del proceso socializador de la familia. El papel de la escuela no es sólo transmitir unos conocimientos, sino también valores y actitudes que se van inculcando en los niños. Así, la disciplina adquiere una dimensión más amplia que la que rige en el entorno familiar.
Otros agentes socializantes son el grupo de pares y los medios masivos de comunicación, los cuales van dejando su huella en el individuo, en mayor o menor grado, según las circunstancias espacio-temporales en que se efectúe la inserción de las relaciones entre los individuos.
Queda claro que las relaciones entre sociedad y aprendizaje son difusas, por lo que finalicemos entonces con la explicación del proceso de aprendizaje. Aprender implica la capacidad que todos los organismos tienen para adquirir nueva información y almacenar esa información en su sistema nervioso (memoria) y con ello la habilidad de cambiar su comportamiento en respuesta a eventos que ocurren en sus ámbitos de vida. En otras palabras, la evolución biológica ha facilitado mecanismos que cambien el sistema nervioso de los organismos de tal manera que el comportamiento de éste ha de ser diferente como consecuencia de su experiencia. Desde este punto de vista, el aprendizaje es un concepto que la mente humana ha tratado de desarrollar de manera tan objetiva como lo ha hecho con otras ideas, como los conceptos de la física y la biología. Sin embargo, el análisis del aprendizaje ha resultado ser mucho más complicado. En este sentido, en el ámbito educativo no podemos tratar el concepto de aprendizaje de la misma manera que la física trata el concepto de gravitación. Simplemente la complejidad del cerebro y sus manifestaciones sociales es avasalladora para todas las técnicas de investigación actuales.
Entiéndase al aprendizaje como un fenómeno simultáneo en tres dimensiones: biológico, psicológico y sociocultural. Así, el aprendizaje en su forma más básica es un hecho biológico, es decir, en las células nerviosas de todo organismo existe la capacidad de cambiar la cantidad de neurotransmisores que ellas sintetizan como respuesta a cambios experimentados en el medio ambiente del organismo. Todo aprendizaje involucra un cambio neuroplástico.
El aprendizaje es también un fenómeno psicológico. Esto significa que grandes áreas del cerebro humano interaccionan entre sí con el propósito de incorporar información en los sistemas de memoria. Procesos de inducción y deducción, codificación de categorías, formación de imágenes mentales y relaciones del aprendizaje con otros aspectos del ser humano como la emoción, la motivación y la volición, acompañan todo acto de implantación de unidades informativas en la memoria.
Finalmente, el aprendizaje es un fenómeno social. Esto implica que todo conocimiento es mediado por factores externos al aprendiz y por factores externamente adquiridos pero internalizados a través de un largo proceso de socialización, como es el lenguaje. Todo ello deja claro que los seres humanos aprenden, pero no lo hacen de una manera que ellos deciden por completo.
Actualmente, existe cierto acuerdo en el mundo educativo de que el aprendizaje puede verse desde tres puntos de vista, a saber: el conductista, el cognoscitivista y el situacionalista, también llamado histórico-social. Al decir esto estamos ignorando otros paradigmas también importantes que deben ser nombrados: el paradigma humanista fundamentado principalmente por el Psicólogo Carl Rogers y el paradigma de desarrollo infantil del cual, sin duda alguna, Jean Piaget es el máximo exponente. En todos estos casos tenemos ideas prácticas de importancia para nuestro desempeño como educadores y todos ellos merecen un estudio serio y concienzudo. Por sus implicaciones filosóficas, éticas y estéticas, todo educador tendrá cierta tendencia a establecer preferencias por el uso de uno u otro paradigma. Esta es una libertad de elección profesional. Por ejemplo, si lo que se desea es cubrir objetivos de adquisición de conocimiento de tal manera que el sujeto posea respuestas automáticas a ciertas situaciones típicas, entonces el enfoque es conductista. Otros tienen objetivos relacionados con la necesidad de aprender a ordenar información en categorías, resolver problemas y evaluar críticamente una situación; en este caso el paradigma es cognitivista. Inclusive otros tienen como objetivo que el sujeto aprenda a definir un punto de vista, defenderlo y modificarlo a través de un diálogo continuo con otras personas en un ámbito donde, más que la simple transmisión de ideas, el conocimiento es negociado entre los participantes. En este caso, el maestro es situacionalista o seguidor de la teoría socio-histórica.

Los pares.

Hippies, skateros, darketos, góticos, punks, metaleros, emos, hardcores, floggers y demás tribus urbanas conforman un hecho en expansión que bien puede ayudarnos a ejemplificar la importancia del grupo de pares. En la televisión, en la calle, en las oficinas, en todos lados se habla de estos nuevos grupos juveniles. La cobertura mediática los lleva a la pantalla como un fenómeno nuevo y llamativo. Pero es necesario profundizar, dado que la necesidad de identificarse con un grupo de pares y diferenciarse del resto es sustantiva. ¿Es normal que en cierta etapa de la vida tales grupos tengan una influencia tan marcada? ¿Por qué aquellos que no pertenecen a ciertos grupos los miran indignados?
Tales formaciones grupales son más que “bichos raros” o “locuras de época”. Más allá de que sean catalogados dentro del término “tribus urbanas” y de las costumbres o extravagancias que promuevan, este fenómeno no se podría comprender si no los consideramos un agente de socialización para el individuo.
Es decir, el “grupo de pares”, como lugar de pertinencia, como espacio y nicho de identidad, está formado por iguales con los que se comparten cotidianamente valores, comportamientos y formas de actuar en el mundo.
A diferencia de la familia, que mantiene objetivos de largo alcance para el niño, los intereses del grupo de pares son inmediatos y temporarios. El grupo de pares, aunque no es una institución establecida, tiene costumbres y una organización. Los roles de los miembros están rígidamente definidos y pueden cambiar frecuentemente. En algunos grupos, incluso puede no estar claro quién es un miembro y quién no lo es. Los sujetos van cambiando sus participaciones en grupos de pares a medida que recorren diferentes etapas de su desarrollo.
En la historia del hombre, los grupos humanos han significado la oportunidad de compartir intereses y actividades imposibles de desarrollar de manera individual. Con diversos fines y medios, los grupos se insertan en la interacción social como instancias mediadoras entre el hombre y su mundo inmediato.
De esta forma, es posible comprender que si para la constitución de identidades sociales el grupo humano tiene una importante relevancia, en el caso de los jóvenes tal instancia social adquiere mayor significado debido a que, en este período es vital la formación de la identidad.
Es así que la inserción de los jóvenes adolescentes en los diversos grupos de pares, la interacción con compañeros en las mismas condiciones generacionales, educativas, clasistas y/o culturales, contribuyen a que su desarrollo personal se enfoque hacia determinadas características con respecto a su persona, a la idea sobre sí y a la manera en que interpreta la realidad que le circunda.
Las expresiones «grupo de pares» «compañeros», e «iguales» aluden a la reunión de personas, particularmente adolescentes que comparten sentimientos, pensamientos, valores y formas de actuar. Dado que, en cierta etapa de su vida el sujeto inicia sus intentos de autonomía, es proclive a buscar otros grupos de iguales que tienen como característica distintiva el no hacer distinciones entre sus miembros.
En el grupo de pares el líder no es autoritario y está condicionado por los integrantes; en otras palabras, el líder debe acomodarse al grupo.
Los padres del adolescente, frente al grupo, pierden su antiguo rol, al igual que otras autoridades adultas (maestros, hermanos mayores y abuelos), ya sus palabras y opiniones dejarán de ser indiscutibles.
En la etapa anterior a la entrada al grupo de pares, el niño era prácticamente propiedad de la familia; ahora, los padres tienen que «compartir» al adolescente con el grupo de pares al que pertenece, no obstante, la familia, en mayor o menor grado, conserva su influencia, pero el adolescente realiza la adaptación social en el grupo de iguales; allí desempeña ciertos roles, se destaca por alguna cualidad, tiene oportunidad de ser solidario y discute de igual a igual.
En el grupo, el adolescente busca una razón de ser, un ideal del yo, una imagen que le de seguridad, que tranquilice su inquietud interior y le devuelva el sentimiento de su valor. Cuanto más débil e indefenso se sienta, tanto más buscará a los otros e intentará identificarse con ellos, incluso a costa de renunciar a las propias características diferenciales de su personalidad, queriendo fundirse en el grupo.
En medio de otros que piensan y sienten como él, sabe que puede olvidarse de sus actitudes defensivas, expresarse libremente sin temor a no ser comprendido o tropezar con la sonrisa irónica y de superioridad del adulto. Aquí se le toma en serio y encuentra un ideal y unos valores a la medida de sus aspiraciones.

En este sentido, algunos de los valores comunes a todos los grupos de pares son:

  • Confianza
  • Lealtad hacia los compañeros
  • Olvido de sí mismo
  • Fidelidad
Por otro lado, el grupo incita al adolescente a una continua superación de sí mismo. El sujeto encuentra en el grupo las condiciones óptimas para poner a prueba sus posibilidades, sus limites, vencer nuevos obstáculos y mostrar al mundo que es digno de ser considerado como adulto. De ahí proviene el gusto del adolescente por el riesgo, su temeridad tanto más impulsiva, indica menos seguridad en sí mismo.
En la medida en que el grupo de pares no se desvíe hacia actividades antisociales y no impida la afirmación personal de sus integrantes teniendo libre esparcimiento y autonomía personal, no habrá riesgo de que el grupo se convierta en un elemento de presión e influencia negativa. Es aquí donde reside la peligrosidad del grupo: lo que al principio podría ser la “solución de grupo”, que ofreció al adolescente un ideal de yo y un marco de seguridad permitiéndole avanzar en la maduración de su personalidad, a la larga puede entorpecer su salida de este limitado contexto social. En vez de ser el trampolín de donde el joven se lanza a la vida, se convierte entonces en su refugio y el medio para huir de sus responsabilidades. Precisamente, por ello se explica que el grupo de pares actúe como una fuerza muy negativa en algunos adolescentes, lo que a menudo podría tener como resultado la experimentación con el tabaco, el alcohol y las drogas.
Respecto al tamaño de los grupos, pueden ser pequeños o medianos. En ellos, todos sus miembros se conocen e interactúan; se hallan ligados unos a otros por lazos afectivos personales significativos; poseen una gran solidaridad y tienen un lenguaje propio. Esto no quiere decir que no existan diferencias, rivalidades y conflictos. Sin embargo, el grupo le es tan importante emocionalmente a cada uno, que se tiende a dialogar, negociar y resolver las dificultades para mantener su unión.

Referencias:

Durán, C. (1993). La amistad. Madrid, España: Editorial Palabra S.A.
Referencias:

Asch, S. (1951). Effects of group pressure upon the modification and distortion of judgments. En Guetzkow, H. (Ed.), Groups, leadership, and men. Pittsburgh, PA: Carnegie Press.

Durkheim. E. (1998). Las reglas del método sociológico y otros escritos sobre filosofía de las ciencias sociales. Madrid, España: Alianza.

Weber, M. (200) Conceptos sociológicos fundamentales. Madrid, España: Alianza.

Facebook
Twitter
LinkedIn
WhatsApp
Email

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Descubre más desde Guillermo Luis Hernández Arrieta, Psicólogo en Veracruz

Suscríbete ahora para seguir leyendo y obtener acceso al archivo completo.

Sigue leyendo