Libertad

En psicología este concepto, que tiene en la tradición filosófica su propio espacio de elaboración y de profundización, se trató en el ámbito de la psicología de la personalidad, donde aquí se presenta en dos niveles: 1] ausencia de constricciones o de impedimentos (libertad de…); 2] capacidad para determinarse de acuerdo con una elección autónoma con miras a fines, con la búsqueda de los medios adecuados (libertad para…). En ambas acepciones no se trata nunca de una libertad absoluta, sino siempre condicionada por límites externos (ambiente) e internos (pulsiones).

No se trata de un dato sino de una conquista que requiere reflexión sobre los propios actos para poder dirigirse conscientemente hacia los fines elegidos, y dominio sobre las fuerzas pulsionales que requieren satisfacción inmediata. Se suele distinguir la libertad de la autonomía (v.), introduciendo a la libertad en el ámbito del ser y a la autonomía en el campo más limitado de la relación, porque la autonomía es una libertad de los otros, es decir una no heteronomía, más que una autodeterminación. De la misma manera se distingue la libertad de la espontaneidad (v.), que es una simple e inmediata presentación de un sentimiento o de una intención pero aún sin la capacidad de suspender el proceso inmediato o espontáneo con la reflexión y el examen crítico para una decisión consecuente. También la autoridad (v.) es una relación dialéctica y no antitética con la libertad, pues el espacio de la libertad está limitado por los llamados “valores actuales”, constituidos por hechos y actitudes, y por los “valores esperados”, constituidos por los preceptos y por las normas que la coexistencia social impone. En los límites aquí indicados de su libertad el sujeto es hecho responsable de sus actos, y sobre esta noción de responsabilidad (v.) encuentra su legitimación la psicología forense (v.). Naturalmente también tiene su justificación la negación de la libertad sostenida por el determinismo (v.), según el cual todo discurso sobre la libertad está favorecido por la ignorancia de las causas que determinan el comportamiento. Sobre esta posición encontramos algunas orientaciones psicoanalíticas y conductistas.
BIBLIOGRAFÍA: Ayers, M.R. (1968); Berofsky, B. (coord.) (1966); Binswanger, L. (1936); Franklin, R.L. (1968); Freud, S. (1915); Fromm, E. (1941); Skinner, B.F. (1974).

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