Por Ramón Echevarría.
Para comprender la personalidad histérica hay que partir del sentimiento de carencia que experimenta en sí mismo el paciente histérico (PH a partir de ahora), y que trata de negar a toda costa. Este sentimiento de carencia está bien descrito en los textos clásicos de psicopatología. La histérica –decía, por ejemplo, Karl Jaspers (1913/1946)– es una personalidad carente de núcleo, que “consiste solo en cáscaras variables”. El PH es alguien que “no encuentra nada en sí” y, por tanto, “lo busca todo fuera de sí”. Alguien que solo encuentra su “significación” en los demás. Que solo “se hace creíble a sí misma y a los otros mediante vivencias intensas y movimientos exagerados de expresión a los que falta el adecuado fundamento psíquico” (Jaspers, 1913-1946). La descripción de esa carencia ha recurrido a diversas formulaciones: inferioridad, “falta de ser”, vacío, incompletud, castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ..., etc. Se ha de entender la histeria como un intento fracasado de negar esa vivencia de carencia; como un sistema de defensas frente a los sentimientos y ansiedades asociadas a ella. Para el psicoanálisis, lo característico de la histeria es la estrecha y peculiar asociaciónSucesión de pensamientos que afloran en la mente espontáneamente o a partir de determinado elemento que funciona como ... que esa vivencia de carencia mantiene con el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr.... La clínica psicoanalítica sugiere que esa vivencia de carencia se originó con los problemas de la triangulación; en la confrontación con una pareja de padres diferenciada, ante la diferencia de sexos y de generaciones (Green, 1992). La clínica nos muestra también cómo, en los pacientes histéricos, esa vivencia de carencia se actualiza ante los conflictos de triangulación, ante aquellas situaciones en las que la presencia de un tercero amenaza con la exclusión o la falta de reconocimiento. Otras veces nos muestra cómo los pacientes histéricos utilizan las relaciones triangulares para negarla.
Precisamente, la vinculación con el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... explica que esa vivencia de carencia –castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ..., incompletud, inferioridad, etc.– involucre siempre la identidad sexual y se exprese como un no tener lo que hay que tener (Freixas, 1997) para formar parte de la pareja idealizada que fantasea el paciente histérico, lo que le condenará a la falta de reconocimiento y la exclusión.
La histeria es un esfuerzo por negar, por un lado, los sentimientos de carencia y de vacío, y de otro, los sentimientos de celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y envidia que le inundan al PH cuando siente que no participa en la escena primaria idealizada de su fantasía (Britton, 2003). La negación de ambos tipos de sentimientos está estrechamente relacionada. Negar sus carencias le permite sostener la ilusión de que participa o puede participar en la escena primaria. Y la ilusión de que participa en esta escena primaria le sirve para negar su vacío y sus carencias. Dicho de otra manera: negando la carencia se conjura la amenaza de exclusión; y negando la exclusión –haciéndose miembro, mediante identificación proyectiva, de una escena primaria idealizada y proyectando el sentimiento de exclusión en un tercero– se desmienten las propias carencias (Echevarría, 2000).
Podemos decir que la personalidad histérica se manifiesta y caracteriza por el predominio de un tipo de relación –la relación histérica (Tizón, 2004)–, que es tanto una manera de manejar determinados conflictos (de triangulación, narcisistas y de dependenciaForma de relacionarse en la que un sujeto se dirige continuamente a los demás para ser ayudado, guiado y sostenido. El ...), como de construir una vivencia del sí mismo y de la propia identidad, basada en la negación de la carencia (Hoffmann; cit. por Moser, 1997).
En este trabajo me interesa estudiar la relación y la personalidad histéricas desde la perspectiva de las vivencias del sí mismo y de la identidad [1], entendiendo éstas como fenómenos de la concienciaEl concepto de conciencia evolucionó paralelamente al desarrollo de la filosofía, de la psicología y de la neurofisio..., determinados por procesos inconscientes. En tanto que se centra en la vivencia del sí mismo y de la identidad, me referiré de una manera genérica al paciente histérico –y de manera preferente a la histeria femenina–, pese a que no ignoro las importantes variantes de la histeria, tanto en su organización, como en su expresión. Por tanto, no especificaré siempre los diferentes niveles estructurales de funcionamiento psíquico correspondientes a diferentes tipos de histeria, aunque es en los pacientes histéricos graves – en la histeria borderline– donde los problemas en la vivencia del sí mismo y de la identidad se manifiestan más claramente.
Al centrase en la vivencia de sí mismo y de la identidad, el enfoque de este trabajo refleja –y participa de– una sensibilidad, muy presente en el psicoanálisis actual. Como decía Stephen A. Mitchell (2003):
Adquirimos y conservamos la concienciaEl concepto de conciencia evolucionó paralelamente al desarrollo de la filosofía, de la psicología y de la neurofisio... de nosotros mismos, nos formamos imágenes de nosotros mismos, sentimos estima por nosotros mismos, y todo esto representa un papel destacado en la manera como experimentamos y registramos nuestros encuentros con el mundo externo y con otras personas, y en las elecciones que efectuamos en el transcurso de nuestras vidas.
Quiero aclarar que cuando hablo de vivencia del sí mismo o del self [4] me refiero a la experiencia inmediata o mediata de la propia realidad psíquica y personal; a la manera en que uno se percibe y se concibe. Esa manera de percibirse y concebirse es diversa y fluctuante. Diversa porque podemos distinguir entre diferentes vivencias del self. Así, por ejemplo, distinguimos entre una vivencia del self como agente, y una vivencia del self como objeto intencional (McIntosh, 1986).
Pero también fluctuante. De hecho, el concepto de self como una estructura subjetiva coherente, estable y perdurable, está siendo criticada, incluso dentro de la psicología del self. Como dice S. Stern (2003), “el self no es algo unificado sino múltiple, no es una entidad estática sino que fluctúa constantemente, no es un centro de iniciativa aislado sino constituido intersubjetivamente”. Cualidades tales como cohesión versus fragmentación; autenticidad versus falsedad; vitalidad versus agotamiento; regulación del self óptima versus regulación no óptima; e iniciativa versus sentir que uno está a merced de los otros, no son propiedades estables o esenciales del self, sino cualidades que oscilan y cambian a lo largo de tiempo, en función de las relaciones y de la situación del momento. “Solo en el momento presente uno se siente cohesivo o fragmentado, auténtico o inauténtico, vitalizado o agotado, con suficiente o insuficientemente regulación del self, con iniciativa propia o a merced de los otros” (Stern, 2003).
De elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... es un ejemplo paradigmático el paciente histérico, cuya manera de vivenciarse, de experimentar su self y su identidad, es extraordinariamente fluida y cambiante. A partir de aquí, lo que me interesa estudiar es la manera en que se experimenta a sí mismo el paciente histérico; en palabras de Jaspers (1913-1946), cómo el PH “fuerza” y “fabrica” el vivenciar de sí mismo.
En efecto, en la fase fálicaTérmino psicoanalítico que denomina la tercera fase del desarrollo de la libido, posterior a la fase oral (v., § 2) y..., el niño y la niña han de afrontar el problema de la diferencia de los sexos. En la fase fálicaTérmino psicoanalítico que denomina la tercera fase del desarrollo de la libido, posterior a la fase oral (v., § 2) y..., no se reconoce más que un solo órgano genitalEl término se utiliza en relación con una zona erógena específica, una fase del desarrollo libidinal, una forma de e..., el masculino. Existe, pues, lo masculino, pero no lo femenino: el clítoris es solo el órgano homólogo –pero atrofiado– de la zona genitalEl término se utiliza en relación con una zona erógena específica, una fase del desarrollo libidinal, una forma de e... masculina. La oposición de los sexos equivale a la oposición fálico-castrado: el que no tiene faloTérmino que designa la función simbólica del pene en ese proceso intersubjetivo e intrasubjetivo que, mediante la sup... está castrado (Freixas, 1997).
Tanto para la niña como para el niño, tener o no tener el pene deviene una cuestión fundamental, en tanto que el pene deviene faloTérmino que designa la función simbólica del pene en ese proceso intersubjetivo e intrasubjetivo que, mediante la sup..., es decir, símbolo de completud y de poder, o del medio de acceder a elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu....
Niño y niña afrontarán esa diferencia de sexos de una forma diferente, lo que tiene importantes consecuencias en su desarrollo psicológico. Hasta 1923 Freud piensa que, si para el niño la castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ... es una amenaza, para la niña es un “hecho consumado”. La angustiaEl término angustia se asocia generalmente con el de ansiedad porque la diferenciación terminológica es posible sólo... propia de la niña no sería la castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ... sino sería la pérdida de amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol.... Para el Freud de las Nuevas conferencias introductorias (1933), la niña conoce bien su propia historia y sabe que jamás se le ha cortado nada. A diferencia del varón, la niña interpreta las diferencias sexuales, no como la consecuencia de un cercenamiento, sino de un perjuicio por omisión: “no se lo dieron”. Y Freud añade que ese “no se lo dieron” encuentra una resonancia inmediata en la fase oral del desarrollo, con la voracidad oral y el hecho de que ningún amamantamiento sea jamás completamente satisfactorio. La noción misma de castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ... como acto de corte no sería una teoría universal, sino solamente válida para el sexo masculino [5] (Laplanche, 1988).
El destino de la niña –para Freud (1912, 1924) la anatomía es el destino– le lleva, a través del reconocimiento de la diferencia de los sexos, a una concienciaEl concepto de conciencia evolucionó paralelamente al desarrollo de la filosofía, de la psicología y de la neurofisio... de carencia y a una creencia en su inferioridad, es decir, al complejo de castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ... femenino. Según Freud (1931), la niña podrá tramitar dicho complejo a través de tres vías: 1) La inhibición o la renuncia global de la sexualidad; 2) la envidia del pene y el complejo de masculinidad; y 3) la entrada en el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr.... Como señala Pueyo (1999), las tres vías juegan un papel en la histeria:
2) La segunda vía está guiada por la envidia del pene. Se trata de una actitudDisposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el r... de envidia en el sentido de rivalidad, que culmina en lo que Freud designa “complejo de masculinidad”. Este complejo de masculinidad remite, a su vez, a una doble actitudDisposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el r...:
b) Por otra parte, rivalidad con quien no está castrado: “ya que no lo tengo, lo tomaré” [6]. Este complejo de masculinidad, consecuencia de la no aceptación y del rechazo de la castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ..., puede desembocar en la elección de un objeto homosexual y en una actitudDisposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el r... de insolencia y competitividad con el varón (Laplanche, 1988).
Así pues, la niña emprende la senda del EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... para hacer frente al complejo de castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o .... Pero la solución edípica resulta inviable: la unión incestuosa y el hijo con el padre se muestran imposibles, ilusorios. La futura histérica quedará atrapada en los conflictos edípicos: queda fijada al padre y al sentimiento de carencia, que ese padre no puede restituir. No conseguirá elaborar su complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr...: la fijaciónEl término lo adoptan, con diferentes significados, tanto el psicoanálisis como el análisis existencial. PSICOANÁLIS... al objeto incestuoso le impedirá la satisfacción de las pulsiones genitales; el estancamiento de la libido resultante determinará una regresión defensiva a la fase oral, y la aparición de síntomas. Vivirá dominada por la envidia del pene y el complejo masculino. El resultado de todo elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... será el fracaso de las identificaciones, la bisexualidad, la carencia de identidad sexual. Vivirá tratando de desmentir la creencia en su inferioridad, tratando de negar la “castraciónExtirpación o daño irreversible de las glándulas sexuales, es decir de los testículos en el varón (orquiotomía) o ...”, tratando de negar sus carencias, tratando de demostrar que tiene el faloTérmino que designa la función simbólica del pene en ese proceso intersubjetivo e intrasubjetivo que, mediante la sup....
No hace falta decir que todo elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... estará facilitado o condicionado, en mayor o menor medida, por factores externos, como la actitudDisposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el r... de los padres, actitudDisposición relativamente constante para responder de ciertas maneras particulares a las situaciones del mundo por el r... seductora del padre o rivalidad de la madre, vivencia de situaciones traumáticas, etc.
1º. El complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr....
El desarrollo teórico kleiniano introdujo una nueva concepción del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr..., de la que se derivan importantes consecuencias para la teoría de la histeria. “Lejos de reducirse a una manifestación contemporánea de la fase fálicaTérmino psicoanalítico que denomina la tercera fase del desarrollo de la libido, posterior a la fase oral (v., § 2) y..., a una crisisTérmino de origen griego (de κρ′ινω, elijo, discierno, discrimino, separo, decido) presente en la medicina hipoc... relativamente breve, el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... se concibe como un proceso complicado pero también ordenado que (…) abarca la totalidad del desarrollo (…) Su riqueza y sus innumerables variantes, su papel de organizador de las pulsiones genitales permiten relacionarlo con casi todos los procesos de la vida psíquica del niño pequeño” (Petot, 1982).
Para Klein, el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... se inicia con el reconocimiento, aunque sea de una forma primitiva o parcial, de la relación entre los padres; es decir, tan pronto como el niño se aparta del pecho para interesarse por el cuerpo de la madre y por el pene del padre.
En la fantasía del bebé, el cuerpo de la madre está lleno de riquezas: leche, alimento, excrementos mágicos y valiosos, bebés y el pene del padre, al que el niño imagina incorporado por su madre durante la relación sexual. El bebé interpreta que si el pecho frustra es porque está satisfaciéndose con sus contenidos, o satisfaciendo a sus contenidos: penes, otros bebés, etc. (Hinshelwood, 1992). Para Klein, no es solo que el tercero frustre, es que la frustraciónSituación externa o interna que no permite alcanzar satisfacción o lograr un fin. El término lo introdujo S. Freud qu... es sentida como la experiencia de un tercero. La relación con el cuerpo de la madre, por tanto, no solo despierta en el niño intensos deseos libidinales, sino también envidia, celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y odio, que generan intensas ansiedades [8].
Para Klein, pues, el desarrollo del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... depende de la manera en que el niño hace frente a sus fantasías y ansiedades en relación al cuerpo de la madre. En una primera etapa, los deseos edípicos son preferentemente de naturaleza oral y anal, y las primeras ansiedades edípicas son de naturaleza psicótica. La neurosis infantil es una estructura defensiva contra ansiedades psicóticas relacionadas con las fases oral y anal y con la primera relación entablada con el cuerpo de la madre (Segal, 1982, 1985).
No me es posible, por falta de espacio, dar cuenta de toda la riqueza y complejidad de la teoría kleiniana del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr.... Me limitaré a destacar que, para Klein y sus seguidores, el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... está ligado estrechamente a la evolución de la posición depresiva. La elaboración del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... coincide con la elaboración de la posición depresiva; la elaboración de una comporta la elaboración de la otra.
Elaborar la posición depresiva implica reconocer a la madre como un objeto total, es decir, una madre diferenciada del niño, fuera de su control, con una vida propia que incluye principalmente la relación con el padre. Este reconocimiento supone abandonar la idea de la posesión exclusiva y permanente de la madre y requiere afrontar los sentimientos de exclusión, envidia, celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y rivalidad con un padre por el otro (Segal, 1989; Britton, 1989).
Todo elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... equivale a la elaboración del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... en tanto que dicha elaboración conduce al reconocimiento y la aceptación de la autonomía de los padres y de sus relaciones, incluyendo las sexuales. El niño renuncia a su pretensión sexual sobre los padres, reconociendo no solo la diferencia entre los padres, sino también la diferencia de las relaciones entre padres e hijos: la relación entre los padres es genitalEl término se utiliza en relación con una zona erógena específica, una fase del desarrollo libidinal, una forma de e... y procreadora, la relación entre padres e hijos no (Torras, sin fecha).
La insuficiente elaboración del complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... se expresa en los pacientes histéricos con un peculiar dramatismo. Como decía Britton [9], a diferencia del paciente borderline, el PH no idealiza la infancia, idealiza la relación entre los padres durante la infancia; no quiere ser el bebé, quiere producir el bebé (embarazo histérico). Quiere ser unos de los miembros de esa pareja idealizada. El PH trata de sostener la ilusión de que es uno de los participantes de la escena primaria idealizada que mantiene en la fantasía, una escena primaria que trata de recrear constantemente. La PH vive, tal como dice A. Mijolla (2003), “fascinada por la escena primitiva y la diferencia de sexos, identificándose ávidamente, histéricamente, con uno u otro de los partenaires de esta escena primitiva. Celosa, envidiosa tanto de uno como del otro, queriendo siempre lo que no tiene, sea el pecho o el pene”.
A través del concepto de identificación proyectiva patológica, los autores kleinianos han profundizado en la comprensión de la manera en que el PH sostiene esa ilusión de formar parte de esa escena. Mediante la identificación proyectiva se convierte en uno de los miembros de la pareja primaria, y pone en otros los sentimientos de celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y exclusión que le atormentan. Con otras palabras, el PH sostiene la ilusión de que tiene o puede tener accesoManifestación imprevista y aguda de una sintomatología morbosa. El término se aplica con frecuencia a las crisis hist... a la “otra habitación” de la que habla R. Britton (2003), aludiendo a la otra habitación de la consultaForma de relación interpersonal en la que un individuo que tiene un problema, pero no posee los conocimientos o las cap..., pero también a la habitación de los padres.
3.- La histeria como patología narcisista: narcisismo y complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr...
4.- La organización de la vivencia del sí mismo en el PH.
4.1.- La vivencia del sí mismo y la negación histérica.
4.2.- Los ámbitos de la viviencia de sí mismo del PH
Estos cuatro dominios –que abarcan la continuidad de la autoexperiencia, las distintas vivencias de sí mismo (desde la más interna a la más externa)– son, según Crastnopol, los siguientes: el fenomenológico, el intrapersonal, el interpsíquico y el interpersonal.
Para Crastnopol, el dominio fenomenológico correspondería a la descripción que hace Winnicott del funcionamiento del “self verdadero”. Es el ámbito de la autoexperiencia más cercano al funcionamiento somatopsíquico en sí mismo; con sus raíces en lo constitucional, se siente como el más internamente «personal» de los dominios y, por tanto, el menos influenciable por los condicionamientos externos. En este ámbito, la vivencia de uno mismo se focaliza en un sentimiento, pensamiento, sensación, imagen, o combinación de ellos. Cada persona tiene sus propias condiciones óptimas para contactar con el sentimiento de sí fenomenológico. Una persona puede sentirse más en contacto con el centro de su propia psique cuando oye música, otro cuando admira una determinada pieza artística, otro cuando formula una idea propia, etc.
El dominio intrapersonal –el segundo en el continuo desde los más privados hasta los más externos aspectos del self– hace referencia a la experiencia de aquellos aspectos de los otros –del objeto– que han sido asimilados. Tal como yo lo entiendo, corresponde a las identificaciones introyectivas: a los objetos que permanecen de manera estable en nosotros; que forman parte del núcleo del sí mismo (Wisdom, 1984), aportando una presencia interna y estable que condiciona la vivencia que el sujeto tiene de sí mismo.
El tercer sitio en el continuo interno/externo es el dominio interpsíquico. Corresponde al dominio de la imaginación: uno se vivencia imaginándose en la relación con otros, en tanto que mantiene una relación interna con los otros. Algunas veces cuando uno se vivencia en el dominio interpsíquico, se siente como si hubiera un valioso diálogo continuado entre sus imágenes internas del self y el otro. En otros momentos, las relaciones internas entre estas imágenes pueden sentirse sin valor, desestabilizantes y/o dolorosas. El dominio interpsíquico es donde reconocemos y procesamos un otro específico e individual y también la imagen de uno mismo que tiene el otro. El “otro” tal como es vivenciado en este lugar incluye nuestra fantasía de su vivencia de “mí”. Lo que significa que hay un mayor compromisoDeterminación de un sujeto para asumir una tarea y para actuar conforme al objetivo prefijado. El compromiso exige una ... con el mundo externo al dar importancia a la vida interna del otro.
Por último, en el dominio interpersonal uno se vivencia como estando “en proceso” o “haciendo” con otras personas. Se siente: “yo soy el self que se está comportando de esta forma o de la otra relacionándose con los demás”; por tanto, uno se siente “allí fuera” en el borde de o en el espacio entre el self y el otro. En el dominio interpersonal el individuo se percibe a sí mismo actuando frente a los demás.
Tal como explica Crastnopol, para algunos la vivencia de sí mismo se caracteriza por diferentes voces internas (las cuales pueden representar diversas representaciones internas) en comunicación entre ellas. Otras personas dedican más tiempo interno a simplemente vivenciar el “yo”; otros en concentrarse más en interacciones reales con los otros externos. Hay quienes están muy pendientes de la vivencia que los otros tienen de ellos, y en discernir como son de diferentes de los otros. Cada persona tiene su particular manera de autovivenciarse en función de una particular combinación de estos lugares de vivencia de uno mismo. Los lugares en una persona concreta tienden a hacer una malla unos con otros en grado diverso de manera que se hace difícil distinguir una vivencia interpsíquica de una vivencia interpersonal.
Aunque los “lugares psíquicos” de Crastnopol se presten a crítica y discusión, pienso que pueden ser útiles en la clínica del PH.
Lo que sugiere el trabajo de Crastnopol es que en cada uno se organiza de manera propia la autoexperiencia. Se podría decir que cada uno se refugia o se busca en un dominio de la autoexperiencia, de acuerdo con las características de su personalidad, incluyendo, por supuesto, necesidades defensivas. Y se puede privilegiar determinado dominio de la experiencia para negar otro[21].
Pienso que en el PH esto último es evidente. El PH tiende a buscarse y refugiarse en el dominio interpsíquico de la imaginación y en el dominio interpersonal. Logra así mantener latente la experiencia de sí mismo fenomenológico y la experiencia de sí mismo intrapsíquico (Crastnolpol, 2004); o, si se quiere, la experiencia del self infantil o nuclear (Wisdom, 1984). Como he dicho antes, el PH intenta negar el self infantil, necesitado, desamparado e impotente, abrumado por la ansiedad, lleno de resentimiento, celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y envidia por lo que siente como una exclusión de los padres.
Esta manera de refugiarse y de buscarse en los dominios más exteriores y superficiales de la vivencia de sí mismo, aporta, a mi entender, una nueva comprensión acerca de la extroversiónPar de términos que introdujo C.G. Jung para indicar dos tipos de actitud (v., § 2), una orientada hacia hechos extern... histérica. Al extrovertirse, al verterse hacia fuera, el PH se experimenta en los dominios más externos de la autoexperiencia. Se puede decir que el PH se extrovierte –se vierte hacia fuera– porque trata de externalizar su drama y su conflictiva interna. Huye de su mundo interno, y se refugia en la realidad externa, que tratará de manipular al servicio de sus necesidades defensivas, buscando una realidad aparente que apoye su negación.
El PH se vive en la exterioridad porque es allá donde está el presente. Se vuelca en el presente porque no quiere sufrir de reminiscencias. Utiliza las vivencias presentes para negar las vivencias pasadas, de la misma manera que utiliza lo exterior para negar lo interior. Como decía Freud: repite –transfiere– para no recordar. Busca un presente que desmienta el pasado, sin darse cuenta de que repite ese pasado.
Vive en la exterioridad porque allá está el objeto. El PH depende del objeto externo; no le sirven sus objetos internos. No es capaz de estar solo: necesita al otro para representarse (Mijolla, 2003), para reconocerse, para contenerse, para descargar sus ansiedades. El PH se vive en la exterioridad porque es allí –fuera, en la realidad exterior– donde puede tratar de llenar su vacío y hacer frente a su carencia de identidad; porque es allá donde puede percibirse más (Willi, 1993).
Es, por tanto, muy difícil llegar al núcleo de su personalidad, salvar la distancia que pone el PH con ese ámbito de la experiencia del self. Lo cual está relacionado con las dificultades de cambiar que muestran estos pacientes en el análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ..., y que remiten a las dificultades de interiorizar.
Es característico del PH, pues, utilizar el dominio más externo de la autoexperiencia para negar el más interno o nuclear; experimentarse más en función de los objetos externos que de los internos: utiliza las relaciones externas para negar las relaciones internas; utilizar las vivencias del presente para negar las vivencias del pasado; las vivencias del cuerpo, para negar las vivencias de la mente; la vivencia del sí mismo en los otros, para negar las vivencias nucleares del sí mismo.
Ese actuar del PH ha sido descrito frecuentemente como un “hacer teatro” y un “jugar” (playing). Si embargo, vale la pena diferenciar la vivencia de la actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no... histérica respecto del jugar y la actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no... teatral[22].
Para Melanie Klein, nos vinculamos a la realidad a través de la fantasía. Por eso, cuando el niño inhibe la fantasía, pierde la conexión significativa con el mundo. Por eso el niño puede apartarse del mundo externo con el fin de evadir la representación de su mundo interno que allí encuentra (Britton, 2005).
Dicho de otra manera: establecemos contacto con la realidad externa en parte vinculándola con la realidad interna; y establecemos contacto con la realidad interna, vinculándola en parte con la realidad externa.
Esta dialógica entre realidad interna y realidad externa fue desarrollada por Winnicott (1995) a través de la dialógica entre realidad e ilusión[23]. Para Winnicott, ilusión y realidad no solo se contraponen, también se asocian complementándose. Llegamos a la realidad a través de la ilusión, por mediación de la ilusión. Llegamos a la realidad en tanto que la ilusión se hace realidad, en tanto que la madre hace realidad la ilusión del bebé[24].
Winnicott describió un ámbito de la experiencia en que esa dialógica entre realidad e ilusión se da de una forma privilegiada. Un ámbito en que la realidad interna y la realidad externa se encuentran, se reconcilian y se comunican. Ese ámbito Winnicott lo llamaba el espacio potencial. Es el espacio para el juego, la zona del objeto y los fenómenos transicionales, el espacio analítico, la zona de la experiencia cultural y de la creatividadCarácter saliente del comportamiento humano, especialmente evidente en algunos individuos capaces de reconocer, entre p... (Ogden, 1986). Es el espacio en el que rige el simbolismo: la realidad en tanto que símbolo de la subjetividad, la realidad recreada subjetivamante.
En ese ámbito, la realidad se hace ilusión y la ilusión realidad; en ese ámbito se puede transitar de la realidad subjetiva a la realidad compartida. Fantasía y realidad se unen para separase[25], se unen para transitar de una a otra, para iluminarse mutuamente. Y de ese encuentro, el sujeto sale conociéndose mejor a sí mismo y conociendo mejor la realidad. El sujeto va descubriendo su subjetividad en tanto que experimenta con la realidad externa; o si se quiere, se experimenta a sí mismo al tiempo que descubre la realidad externa. Y eso es lo que pasa en el juego. A través del juego, el niño conoce la realidad externa, al tiempo que va conociéndose a sí mismo a través de la externalización de las fantasías de su mundo interno.
Caper (1996) ha comparado el juego con la indagación que el bebé hace del cuerpo y la mente de la madre. A través de esa indagación, el bebé no solo va conociendo a la madre, sino que se va conociendo a sí mismo. Mediante sus proyecciones, el bebé explora otras mentes, a través de sus reacciones; proyectando un estado mental en la mente del objeto, aprende algo acerca de la mente del objeto y de su propia proyección. De esta manera, podríamos decir, el bebé juega con la madre. Y de manera análoga, el analizandoAquel que se somete a tratamiento psicoanalítico (v. análisis). J. Lacan sustituyó el término “analizando” por e... “juega” con el psicoanalista: el paciente en análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ... proyecta aspectos de su mundo interno en el analista, explorando así la naturaleza de aquel aspecto de su realidad interna que está proyectando en él (Caper, 1996).
Ahora bien, la capacidad de experimentar –de jugar– requiere que la realidad interna y externa se mantengan suficientemente separadas en nuestra mente. Solo así se puede usar una para examinar la otra, contrastar una con la otra. En el ámbito relacional, cuando dicha separación no es suficiente, se sienten las proyecciones alterando omnipotentemente la mente del objeto. Y a su vez, el sujeto siente que la mente del objeto externo puede invadir, controlar y alterar su propia mente (Caper, 1996).
Para comprender las dificultades de muchos pacientes –entre ellos los PH– de “jugar” y experimentar con la realidad, es importante tener en cuenta, tal como recuerda Caper (1996), que la capacidad de jugar y experimentar con la realidad –de escudriñarla con preguntas y proyecciones– depende del grado con el que se ha aceptado una pareja parental interna cuya sexualidad es placentera, creativa y no destructiva. La capacidad para experimentar con la naturaleza requiere que uno pueda penetrar activamente los objetos sin sentir que se está cometiendo una invasión destructiva. Esto supone tener un padre interno sexual cuya actividad es una penetración que ayuda y que no destruye. “Proyectar en los objetos externos sin sentir que uno se está arriesgando a que ocurra un desastre o que uno se está apoderando de ellos, es como ser un padre sexual que puede penetrar a la madre sin dañarla.” Y añade Caper: “Un yo que está normalmente vinculado con la realidad (…) es como una madre vinculada sexualmente a un padre de manera placentera y creativa. Un yo así es capaz de permitirse ser penetrado por la realidad y prosperar y crecer a partir de la penetración, más que sentirse humillado por la misma” (Caper, 1996).
Dicho de otra manera: la capacidad de experimentar con la realidad –de experimentarse experimentando, de reconocerse conociendo– requiere la elaboración del conflicto edípico, es decir, el reconocimiento de la relación sexual de los padres como un hecho autónomo de los propios deseos, lo que supone aceptar los límites de la propia omnipotencia. “Si el complejo de EdipoEstructura psíquica en la que se organizan los sentimientos amorosos y hostiles que el niño siente respecto a sus padr... no es resuelto en forma adecuada, la creencia en la omnipotencia persiste en forma muy importante y el yo no podrá experimentar con la realidad, ya que sentirá que sus fantasías son demasiado poderosas para jugar con seguridad” (Caper, 1996).
Y es que no se puede jugar sin seguridad: preocupado por la propia supervivencia (ya sea real o psíquica), esforzándose por dar sentido al caos que a uno le envuelve o luchando por tratar de adquirir el sentido de existir (Golom, 1998). Jugar requiere una seguridad que remite a la que proporciona una pareja de padres unidos en intercambio mutuamente beneficioso, manteniendo cada uno su autonomía.
A partir de lo anterior podemos destacar las importantes diferencias que separan el actuar del PH –la actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no... histérica, que puede aparentar un jugar– de la auténtica actividad de jugar.
La actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no... histérica, el “jugar” histérico, no es una actividad de mediación entre el conocimiento de sí y el conocimiento de la realidad externa (de los otros); es una actividad al servicio de la negación. A diferencia del jugar, el “jugar” del histérico construye una realidad ilusoria al servicio de una subjetividad ilusoria, en tanto que se niega parte de la realidad psíquica. El PH trata de (con)fundir ilusión y realidad, creando una realidad ilusoria al servicio de la negación. De esta manera, el espacio transicional deviene refugio psíquico (Steiner, 1994; Britton, 1999).
Con el PH, existe siempre el riesgo de que el análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ... devenga un refugio psíquico en el que pueda cultivar la ilusión de que está en la otra habitación, la ilusión de que tiene una relación secreta y especial con el analista. Y existe siempre el riesgo de que el juego del psicoanálisis de paso a la colusión.
El PH aparenta jugar, pero no juega: manipula. En su “jugar” predomina el control omnipotente y no hay espacio para lo imprevisible, para lo nuevo: el objeto debe cumplir el papel asignado. Como en el “juego” perverso, no hay creación, hay compulsiónLa compulsión, denominada también coacción o constricción, indica una tendencia coercitiva e irracional que empuja a.... No puede dejar de “jugar” porque en esa negación se “juega” ser o no ser. Como dice Schaeffer (1998), “a pesar de su apariencia erótica”, se trata de un juego de vida o muerte “movido por una necesidad de cohesión narcisista, de lucha antidepresiva” (J. Schaeffer, 1998). El PH “juega” a ser uno de los miembros de la pareja feliz, de la pareja originaria que tiene en su mente. “Juega” a estar en “la otra habitación”. “Juega” a tener un lugar en la propia escena primaria imaginada, “creando una ilusión con la finalidad de protegerse de los celosEstado emotivo determinado por el temor, fundado o infundado, de perder a la persona amada en el momento en el que ésta... y de la envidia que son intrínsecos a la situación edípica” (Britton, 2005). “Juega” a que “todo va bien y ella es ideal para los otros”(Brenman, 1985).
El PH no solo intenta construir una realidad a la medida de su ilusión: construye, a través de la acción, una realidad aparente al servicio de la ilusión que sobre sí mismo trata de mantener. Trata de construir una ilusión compartida, haciendo de su ilusión, la ilusión del otro, de los otros. Se puede decir que coloniza con su ilusión la realidad compartida. Es decir, trata de construir una colusión. Y esto es lo que caracteriza al PH: no jugar, sino co-ludir. El PH incluye e implica al otro en su propio juego, en su propia ilusión: introduce a los otros en su espacio transicional. Es que necesita –depende– de los otros para construir su “juego”. Necesita jugar con los otros.
El PH necesita de la ilusión del otro para ilusionarse a sí mismo. No solo se ilusiona ilusionando. Pone en el otro su anhelo de plenitud y le ofrece una promesa de satisfacción: aquello a lo que aspira es lo que promete al otro. Es decir, a través de la seducción y de la persuasión induce en el otro la promesa de una relación ideal: la promesa de recrear la pareja ideal de su fantasía; la promesa de posesión de un objeto ideal –él/ella mismo/a– con el que poder fusionarse.
La comparación del PH con el actor –o con el mal actor– fue criticada hace ya tiempo por Jean Recamier (1952). Si el actor transfigura, recreándolas, sus propias emociones, el histérico las desfigura, convirtiéndolas en caricaturas, de manera que se distancia de la experiencia emocional y desvirtúa su significado. Reisenberg Malcom (1996), basándose en la transformación en hipérbole de Bion, abundó en este aspecto.
En efecto, al PH se le describe falso, poco auténtico, representando un papel: un mal actor que actúa con un exceso de dramatizaciónTécnica que desarrolló J.L. Moreno en los años veinte en el ámbito del psicodrama (v.) con el fin de hacer vivir al ..., de exageración. Es que el paciente necesita que se le reconozca una emociónReacción afectiva intensa de aparición aguda y de breve duración, determinada por un estímulo ambiental. Su aparici... y adopta la exageración para conseguir su objetivo. Como dice Riesenberg Malcom (1996), la conductaEl término, que con frecuencia se utiliza como sinónimo de comportamiento, se distingue de este último porque, mientr... hiperbólica permite al paciente distanciarse del significado original de lo que sucede en su mente y parece unir sus diferentes emociones y conflictos. Esta exageración de la experiencia total, separada del self del paciente, es depositada sobre un escenario donde la actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no... parece tener lugar y de la cual la paciente puede distanciarse sin perder completamente el contacto con ella.
También se ha comparado el actuar del PH con el de un mal actor en tanto que identificándose con el deseoEl término, que en general se refiere a la búsqueda o a la intensa espera de cuanto se percibe como satisfactor de las... del otro trata de interpretar el personaje que imagina que el otro desea que sea. Se puede decir que el histérico es un mal actor en tanto que trata de crear un personaje a partir de una identificación superficial. La identificación histérica no se basa en la identificación empática con un objeto real; no es una identificación introyectiva. Se trata de una identificación proyectiva que suelen ser del tipo “objeto total”, no con un objeto real, sino con un objeto de la fantasía y que se da en un proceso plástico, que cambia con facilidad camaleónica (Brenman, 1985). Se trata de una identificación con “ideales”, no con personas. Todo elloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... hace que la identificación histérica tenga el aspecto de una mala actuaciónTérmino psicoanalítico introducido por S. Freud para indicar el intento del paciente en tratamiento analítico para no...: una mala imitación.
Así, por ejemplo, se identifica con la “mujer enamorada”. La PH está enamorada del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... pero tiene miedo de amar. El amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... al que aspira la PH es un amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... narcisista: un amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... fusional, total, que ofrece la plenitud. Pero esa imagen del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... lleva en sí la amenaza de la destrucción: la locura, la muerte, el incesto, la envidia de los demás, la disolución, la verificación de la propia inconsistencia. Tiene miedo también a que la conozcan profundamente; a que puedan descubrir sus carencias, su “vacío interior”. Y como no puede amar, imita el ideal del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... –el amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... ideal–, en un simulacro de enamoramientoDefinido como “amor en estado naciente” según la expresión de F. Alberoni (v. amor), S. Freud considera el enamora... fantástico que trata de confundir con la plenitud que busca. El teatro del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol..., el juego del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol..., la caricatura del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol..., sustituyen entonces al verdadero amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol.... Este simulacro del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... puede acompañarse de un simulacro de la genitalidad. Cuando puede tener relaciones sexuales –y puede presentar tanto inhibición sexual, como hipersexualidad– se trata más bien de actos de autoafirmaciónCapacidad de imponerse y de destacarse gracias a un buen conocimiento del mundo circundante, una buena capacidad de adap..., actos en los que no disfruta. En la PH hay una pseudogenitalidad, como hay un pseudoamor; lo que parece amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol..., es narcisismo. No solo es incapaz de amar sino que, como dice Brenman (1985), no son capaces de recibir amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... en forma de ayuda; exigen amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol... para el sí-mismo omnipotente y falso.
Y de la misma manera que hay un “teatro” y un “juego” del amorRelación dual que se basa en un intercambio emotivo de diversa intensidad y duración, originado en la necesidad fisiol..., hay un “teatro” y un “juego” del psicoanálisis; de la misma manera que interpreta el papel de enamorada, también puede interpretar el de analizanda.
De hecho, como dice Resnik (1992), más que actor, el PH se asemeja al director teatral o de escena (metteur en scène) que –omnipotente– distribuye o impone los roles a los personajes del elenco. Los histéricos han llegado a conocer a fondo el “arte” de perturbar a la gente y hacerlos actuar según sus deseos. En la escena, esto aparece bajo la forma de volver locos a todos o de hacerlos sentir culpables. Esta es la manera en que se libra de la angustiaEl término angustia se asocia generalmente con el de ansiedad porque la diferenciación terminológica es posible sólo... intolerable volcándola en otras personas a través de una identificación proyectiva eficaz[26] (Resnik, 1992).
En tanto que ese actuar es eficaz, el PH cultiva el sentimiento de omnipotencia, de triunfo, al que es adicto. La fascinación, la ilusión y la excitación que suscita alimentan la excitación, la fascinación y la ilusión respecto de sí mismo. El PH vive fascinado por su capacidad de fascinar; seducido por su capacidad de seducir; ilusionado por su capacidad de ilusionar; excitado por su capacidad de excitar.
Es característico del PH su habilidad para involucrar a los demás en su particular “teatro privado” –según la expresión de Anna O.–. Es decir, el PH induce a los demás a participar en sus propias fantasías (Fenichel, 1982), convirtiéndolos en comparsas de escenas en la que ella siempre ocupa el centro. A través de la identificación proyectiva patológica el sujeto fuerza a otra persona a desempeñar un papel en su fantasía inconscientemente externalizada (Ogden, 1986). Invadiendo la mente de los demás, construye una realidad relacional sobre la que basa la experiencia de sí mismo y de los otros. A menudo, la identificación proyectiva patológica del PH es tan eficaz que le permite obtener la confirmación por parte de los demás de esa ilusión que construye acerca de sí mismo. El análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ... de un PH es, más que otros, un proceso de desilusión y de diferenciación, en la que el analista pone límites a la ilusión omnipotente del PH, en tanto que puede evitar la contraidentificación proyectiva, es decir, comprender el papel que éste le adjudica e interpretarle (en sentido psicoanalítico).
Constructor de una apariencia real, pero falsa, actor que interpreta un personaje, el PH sospecha el carácterConfiguración relativamente permanente de un individuo a la que acompañan los aspectos habituales y típicos de su com... engañoso de toda apariencia. Para él, nada es lo que parece. ElloPronombre personal neutro de tercera persona que en alemán se utiliza como sujeto de verbos impersonales, y que S. Freu... incluye, por supuesto, al análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ... y al analista. Aparentemente, el analista está escuchándole e interpretándole, ayudándole, pero en realidad está seduciéndole, manipulándole, buscando gratificaciones narcisistas; está interpretando el papel de buen analista. Proyecta, pues, en el analista su narcisismo, sus intentos de instrumentalizar las relaciones (Echevarría, 2000): también el analista estaría haciendo teatro, interpretando un papel. Esta creencia, más o menos disociada, puede implicar en ocasiones una verdadera reversión de la perspectiva.
Así pues, a través de la identificación, el PH trata de ser lo que no es y de no llegar a ser el que es. El PH construye una pseudoidentidad o un falso self basados en identificaciones superficiales (con objetos de la fantasía) que el paciente histérico escoge en función de la situación y de los interlocutores del momento. Se puede decir que el PH trata de imponer un guión cuyo argumento –y el papel que se asigna– cambia en función de los personajes disponibles en cada momento y de las circunstancias, pero en el que siempre hay un elemento común: él ocupa el centro de la escena. Hay, pues, una continua redefinición de su identidad en la que las contradicciones no importan. Las sucesivas identificaciones pueden ser contradictorias, porque tienen un papel instrumental circunstancial (Echevarría, 2000). En los casos más graves, cuando estos cambios de guión y de definición del self adquieren una intensidad y una rapidez grandes, el PH pierde el sentimiento de continuidad del self. Puede pasar entonces que el PH guarde un pobre recuerdo de sus actos y que en ocasiones diga que fueron como producidos por “algún otro”” (Gabbard, 2002). La manifestación más extrema de este tipo de disociación la observamos en los pacientes diagnosticados de Trastorno disociativo de la identidad, en quienes la escisiónLos términos escisión y disociación traducen ambos la expresión alemana Spaltung, que introdujo E. Bleuler. No obsta... mantiene separadas las distintas representaciones del self, y la represión impide con frecuencia a la personalidad primaria recordar esas distintas representaciones del self.
La patología de la identidad se desarrolla cuando el niño no recibe reconocimiento y aceptación de manera constante y suficiente por parte de las figuras primigenias. Así también en la histeria: la madre histerógena, a menudo deprimida o enferma, es una madre que no reconoce o que no acepta suficientemente. Por eso, en el PH se observa una búsqueda desesperada de reconocimiento y de aceptación. Por eso no puede confiar en que el otro se hará cargo de sus necesidades y revive en la trasferencia la madre fría e insensible de la infancia. Ese es uno de los motivos por los que recurre a la exageración de sus problemas, a la dramatizaciónTécnica que desarrolló J.L. Moreno en los años veinte en el ámbito del psicodrama (v.) con el fin de hacer vivir al ... de sus expresiones, a la hipérbole. Así, en el análisisEl término deriva del griego ’αναλ′υω, que significa “desatar”, y se refiere al procedimiento que tiende ..., trata de impactar al analista por todos los medios (Riesenberg, 1996). Pero detrás de la exageración y de sus deseos de impactar, hay una desesperaciónSentimiento que acompaña la convicción de una derrota inevitable e irreparable, presente en sujetos incapaces de sopor... genuina: el temor a no ser comprendido, la imperiosa necesidad de que alguien se haga cargo de la catástrofe que le amenaza (Brenman, 1985).
También es frecuente que el PH internalize la imagen que “fantasea” que la madre tiene de él: frecuentemente una imagen de alguien poco estimulante, poco estimable; una imagen que trata de desmentir a toda costa. “El niño –decía Loewald–, al internalizar aspectos parentales, también internaliza la imagen que los padres tienen de él –una imagen transmitida al niño a partir de las mil maneras diferentes de ser manejado corporal y emocionalmente. La identificación temprana como parte del desarrollo del yo, construida mediante la introyección de aspectos maternales, incluye la introyección de la imagen que la madre tiene del niño. Parte de lo introyectado es la imagen del niño tal como es visto, sentido, olido, escuchado, tocado por la madre” (cit. por S. Stern, 2003). En el PH no se han dado suficientemente las experiencias de “reconocimiento”, los “momentos de encuentro” que apuntalan el sentido de la identidad: cuando los estados internos son reconocidos y respondidos empáticamente por los otros significativos mediante procesos de influencia y regulación mutuas. No se han dado las experiencias de “conocerse a uno mismo como uno es conocido” (Sander; cit. por Stern, 2003). La consecuencia es que las identificaciones que se forman alienan al niño en tanto que no tienen en cuenta su propia realidad y anulan sus capacidades para relacionarse con el mundo externo sobre la base de una experiencia del self auténtica[27] (Stern, 2003). Allí reside la raíz de la necesidad del PH de recurrir a la identificación histérica, su intento imposible de construir una identidad basada en la negación y en la multiplicidad.
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Resumen