Evaluar el aprendizaje

Evaluar el aprendizaje es fundamental en el proceso de enseñanza, esto es debido a que de esta forma podemos conocer si el currículum académico con el que estudian los educandos es adecuado para el aprendizaje, de todos los modelos de evaluación, el que más llamó mi atención es el Normotipo, esto es debido a que comprende parte de las reformas educativas propuestas por la SEP. Como lo señala el Decreto (DOF: 26/02/2013) por el que se reforma el artículo 3o. en su fracción III, menciona que “ (…) el Ejecutivo Federal determinará los planes y programas de estudio de la educación preescolar, primaria, secundaria y normal para toda la República (…)” por tanto, se establece un currículo orientado hacia el desarrollo de competencias, mismas que implementarán los docentes en sus estudiantes, mediante la formación general de conocimientos, habilidades, capacidades y destrezas que correspondan a cada nivel educativo; ya que como señala en el mismo documento, elevar la calidad educativa permite establecer criterios y procedimientos de evaluación y acreditación que verifiquen que el educando cumple con los propósitos educativos, lo que impulsa a una formación integral de todos los estudiantes (incluyendo los del nivel licenciatura) con el objetivo de favorecer el desarrollo de competencias para la vida y el logro del perfil de egreso a partir de aprendizajes esperados y del establecimiento de estándares curriculares, de desempeño docente y de gestión. El concepto normotipo hace semejanza a una comparación; si el referente es externo a la evaluación de los aprendizajes de los estudiantes recibe el nombre de nomotética, y si se alude a cuestiones internas se le llama idiográfica. Como sustento a lo antes expuesto dejaré una imagen que explique los diferentes tipos.

Con esto no pretendo desmerecer ningún tipo de evaluación. Es necesario tener siempre en cuenta que evaluar es comparar y que la comparación es inherente al proceso evaluativo. Por otra parte, cuando se evalúa se realiza tanto una medición como una valoración, basadas, precisamente, en dicha comparación. Ésta para poder llevarse a cabo, va requerir de la existencia de un punto de referencia, de un referente, con el que se comparan los datos recogidos en la medición. Este punto de referencia para la medición es lo que se ha dado en llamar normotipo. 
Los ejemplos de su utilidad son especialmente evidentes en programas de educación especial, o de preescolar; también en programas de educación física en escuelas en donde cada alumno presenta diferencias muy significativas en cuanto a niveles mínimos de condición física presentados para poder iniciar el programa. En cada caso será necesario establecer un proceso fino de evaluación diagnóstica para determinar los niveles actuales de rendimiento y con base en ellos establecer un plan de intervención acorde a las capacidades de cada alumno para después en un proceso de evaluación continua comparar el rendimiento del alumno longitudinalmente verificando sus avances sin comparar su desempeño contra criterios externos a él mismo y que, como lo citamos antes esta acorde al enfoque basado en competencias.


Refeencias
Brown, S. y Glasner, A. (2003). Evaluación en la universidad. Madrid: Narcea. 

Leyva, Y. (2010). Evaluación del Aprendizaje: Una guía práctica para profesores. México: INITE.

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