Formación reticular

Estructura no bien delimitada, situada en la parte profunda del tronco del encéfalo (v.) y constituida por una densa red de neuronas, donde ramas colaterales crean aferencia de las vías de los diversos sistemas de la sensibilidad (sistemas aferentes específicos). 

Además está vinculada a toda la corteza de forma difusa dando origen al sistema aferente no específico, que eleva el nivel global de la actividad cortical, de manera que todo el encéfalo esté preparado para efectuar los procesos concernientes a la recepción, elaboración y análisis de los mensajes específicos que llegan, y a dar respuestas adecuadas. La formación reticular es responsable del nivel de alerta del ritmo del sueño y de la vigilia y de los mecanismos de la atención. Además de esta actividad tónica de la formación reticular existe una actividad fásica, de menor duración, que se manifiesta en efectos más diferenciados y más fácilmente localizables que regulan el nivel de excitabilidad de determinadas áreas de la corteza cerebral (v.) respecto a otras, con inhibición de modalidades sensoriales extrañas a la que se dirige la atención, contribuyendo así a circunscribir el campo de la conciencia. En la formación reticular se origina el sistema reticular facilitador descendente, constituido por fibras dirigidas hacia las motoneuronas que actúan favoreciendo el tono muscular. La formación reticular preside además los estados de alerta (v. conciencia, § 2), actúa como mecanismo de activación (v.), influye en la función respiratoria y circulatoria y tiene íntimas conexiones con el hipotálamo (v.) y con el sistema límbico (v.).

Compartir en Facebook
Compartir en Twitter
Compartir en WhatsApp
Enviar por Correo