Término que introdujo J. Lacan para expresar el término freudiano Verwerfung donde se anida, según Lacan, la característica de la psicosis. A diferencia de la represión (v.) que prevé el regreso de lo reprimido, la forclusión cancela definitivamente un acontecimiento que jamás volverá a entrar en la memoria psíquica: “Consideraremos por tanto la Verwerfung como forclusión del significante.
En el punto en que, y veremos cómo, se llama el Nombre-del-Padre, entonces puede responder en el Otro un puro y simple agujero, que por carencia del efecto metafórico provocará un agujero correspondiente en el lugar de la significación fálica” (1958: 554). En otras palabras, en la psicosis la forclusión del significante no permitiría la organización de un plano simbólico al cual hacer entrar los diferentes significados que, privados de un centro, como podría serlo en la metáfora freudiana el falo (v. falocentrismo), quedan entre sí privados de relación. Los significados forclusos, no estando integrados en el inconsciente del sujeto, no reaparecen desde adentro, sino “en sentido a lo real” y en especial en el fenómeno alucinatorio. Este concepto ya lo había anticipado Freud ahí donde limitaba el mecanismo de la proyección (v.) al sujeto neurótico porque, en el caso de la psicosis, Freud aclaraba que: “No era correcto decir que la sensación interiormente sofocada es proyectada hacia afuera; más bien inteligimos que lo cancelado adentro retorna desde afuera” (1910 [1976: 66]).
BIBLIOGRAFÍA: Freud, S. (1910); Freud, S. (1925); Lacan, J. (1958).