Expresividad

Capacidad de expresión (v.) que, como escribe K. Pawlik, “cuando se refiere al objeto, indica su capacidad de provocar en el sujeto que lo percibe una actitud emocional espontánea y sentimentalmente orientada, mientras que cuando se refiere al sujeto indica la capacidad individual de comunicar sentimientos, emociones, pensamientos e ideas” (1968: 342). 

Siempre según Pawlik, en la expresividad “desempeñan una función importante factores actitudinales como la facilidad de palabra, de asociación, de imaginación, y algunos rasgos del temperamento original vinculado a la orientación extrovertida o introvertida de cada individuo” (1968: 375).
Los primeros estudios de la expresividad se remontan a C. Darwin, para quien las expresiones emotivas en los animales y en el hombre no dependen del ambiente o de la cultura sino que son universales e innatas. Esta tesis se confirmó con los estudios que se realizaron con ciegos de nacimiento, que no pudieron tomar del entorno las expresiones faciales correspondientes para determinadas emociones, y en los tests de reconocimiento que utilizan imágenes estandarizadas de expresiones emotivas. La tendencia actual es reconocer el carácter universal e innato de la expresividad sólo para las emociones primarias como el miedo, la felicidad, el dolor, la vergüenza, sin excluir la incidencia del aprendizaje y de la cultura por lo que se refiere a la expresividad de emociones más sofisticadas y complejas.
En este orden de significados se debe distinguir la expresividad genética, que indica el grado en que un carácter hereditario se manifiesta fenotípicamente en un individuo (v. genética)
BIBLIOGRAFÍA: Darwin, C. (1872); Ekman, P. y W.V. Friesen (1975); Izard, C.E. (1971); Pawlik, K. (1968).

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