Técnica neurofisiológica encargada del registro de las corrientes eléctricas que acompañan la actividad muscular, sede de una actividad tónica que a cada instante asegura la tensión, adaptándola a las fases sucesivas del movimiento por una acomodación plástica de la musculatura.
El registro de los potenciales de acción muscular, PAM por su sigla, se obtiene mediante electrodos de superficie o cutáneos que reciben la actividad eléctrica de las fibras musculares subyacentes, permitiendo distinguir tres estados de contracción (débil, media, máxima) a los que corresponden tres diferentes tipos de trazado electromiográfico. Las investigaciones electromiográficas han revelado los efectos facilitadores o inhibidores de la tensión muscular en diferentes tipos de actividad, y los efectos gradientes, que dependen de la interrelación existente entre tensión muscular y actividad mental o estados afectivos. Al respecto se ha comprobado que la actividad eléctrica muscular puede relacionarse con éxitos o fracasos en la ejecución de una tarea, con gratificaciones (incentivos) o frustraciones (castigos), y con los elementos instintivos o afectivos del comportamiento, relativamente independientes de las características específicas del tipo de ejecución solicitada, y más ligados a las características de la personalidad del sujeto.