J.P. Guildorf llamó divergente la forma de pensamiento capaz de respuestas flexibles y soluciones múltiples y originales, y convergente la forma de pensamiento que no se deja influir por las sugerencias de la imaginación, sino que tiende a la unicidad de la respuesta, hacia la que son llevados todos los problemas (v. pensamiento, § I, 2). El pensamiento divergente es una característica de la creatividad (v., § 1). En los tests cognoscitivos L. Hudson habla de estilo convergente cuando se logra buen resultado en los tests de inteligencia convencional, y de estilo divergente cuando existe una mayor habilidad en los tests flexibles, abiertos a más de una solución.