Situación en la que una persona pierde o no madura su propia identidad como individuo único, para encontrarla sólo como miembro de un grupo.
Esta condición lleva al sujeto a una menor consideración de las reglas sociales, tanto porque el estado de relativo anonimato lo protege de las sanciones, como porque las formas interiorizadas de control, como el sentimiento de culpa, la vergüenza y el miedo, son más débiles.