Tendencia a la adhesión “acrítica” a ideas, valores, actitudes, necesidades y aspiraciones dominantes en el grupo social de referencia. Son figuras del conformismo:
a] la complacencia dictada por la necesidad de ser aceptado o por el temor de no obtener suficiente estima y afecto; b] la condescendencia que se manifiesta en los procesos de decisión con abstención del juicio y simple ejecución de cuanto es requerido por la autoridad, que puede asumir actitudes implícitamente amenazantes o bien benévolas para contrapesar los costos de la respuesta; c] la aquiescencia o aceptación que induce a los sujetos a responder en la forma socialmente aprobada al margen de su propia opinión (v. aceptación social). Al sujeto conformista se lo suele considerar pasivo e inseguro, y por lo tanto dependiente de la aprobación exterior que trata de obtener conformándose a los valores del grupo sociocultural al que pertenece, sin ejercer sobre éste ninguna influencia con contribuciones personales. El conformismo se manifiesta en las “modas” y en los “estilos de vida” colectivos que pueden ser aceptados espontáneamente, elegidos de modo consciente, o inducidos por condicionamientos más o menos explícitos (v. colectivo). T.W. Adorno mostró que el conformismo es típico de la personalidad autoritaria, que tiende a adecuarse a los valores tradicionales de la clase media (v. autoridad). Al conformismo se opone el anticonformismo, que puede ser tanto la expresión de una personalidad individuada (v. individuación), cuanto una forma de excentricidad (v.), o hasta una forma de conformismo frecuente en los grupos pequeños que quieren diferenciarse del contexto social más amplio en el que se actúa. S. Milgram distinguió el conformismo de la obediencia basándose en cuatro criterios expuestos en la voz obediencia.
BIBLIOGRAFÍA: Adorno, T. W., et al. (1950); Berg, I.A. y B.M. Bass (1961); Canistraro, P.V. (1975); Cavalli, L. (1965); Lindsay, P.H. y D.A. Norman (1977); Milgram, S. (1974).