Cognoscitivismo

Corriente de la psicología contemporánea que, en oposición al conductismo (v.), concibe la mente no como un receptor pasivo de las informaciones que llegan de los estímulos ambientales, sino como un cerebro electrónico activo que continuamente verifica la congruencia entre su proyecto de comportamiento y las condiciones objetivas existentes, filtrando las informaciones y autocorrigiéndose, como sucede con los servomecanismos de tipo cibernético. 

El cognoscitivismo, aparecido en los años sesenta con las investigaciones de U. Neisser, que hizo la primera formulación teórica en Psicología cognoscitiva (1967), ha visto un florecimiento de las investigaciones con A. Collins, G.A. Miller, D. Norman, G. Mandler, D.E. Rumelhart, J.S. Bruner, para desembocar en un primer corpus doctrinal con H. Gardner en La nueva ciencia de la mente (1985) y con M. Minsky, La sociedad de la mente (1986), donde la postura cognoscitivista, que reconoce su deuda con la filosofía a partir del Menón de Platón hasta el Tractatus logico-philosophicus de L. Wittgenstein, pasa por la psicología científica del siglo XIX y del XX, la antropología (v.), sobre todo por lo que se refiere al estudio de la mente de los primitivos, la neuropsicología (v.), con especial atención a los problemas de la localización (v.) y del holismo (v.), la informática (v. información, teoría de la) y la cibernética (v.), para el estudio de la inteligencia artificial. A partir de estas premisas se puede comprender cómo el cognoscitivismo no es una escuela psicológica sino una orientación que se remonta a las diferentes corrientes y escuelas psicológicas, oponiéndose en especial al conductismo, del que rechaza la relación estímulo-respuesta, para sustituirla con la hipótesis de que el organismo, lejos de ser un receptor pasivo, funciona de manera activa y selectiva respecto a los estímulos ambientales, siguiendo un preciso proyecto de comportamiento.

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