Falta de normas o reglas (del griego ν′οµος = ley). El término, de origen sociológico, fue introducido por É. Durkheim para describir esa situación en la que, por un lado, ya no se vive como una meta social actuar según las normas, y por el otro las metas sociales están definidas de manera tal que se considera irrelevante el alcanzarlas por medios ilícitos. Según Durkheim la división del trabajo social permite que el proceso de producción de las nuevas funciones sociales sea más rápido que el desarrollo de las normas éticas y de los valores que pueden integrarse en la conciencia colectiva.
Se determina así un estado “anómico” de la sociedad, en la que se derrumban los valores que la habían mantenido integrada. Esto se refleja en los individuos que, privados de los valores y puntos de referencia colectivos, viven esa desadaptación social que lleva a la desintegración de la personalidad hasta el punto del suicidio “anómico”.