Tratamiento psicoanalítico al que se someten aquellos que quieren desempeñar la profesión de psicoanalista. Después de una experiencia de autoanálisis (v.), en 1912 S. Freud formuló la convicción según la cual, como no se puede practicar la actividad analítica si no se llega al conocimiento del inconsciente propio, el terapeuta “debe volver hacia el inconsciente emisor del enfermo su propio inconsciente como órgano receptor, acomodarse al analizado como el auricular del teléfono se acomoda al micrófono” (1912 [1976: 115]); es necesario por ello que quien se proponga ser psicoanalista se someta a un análisis didáctico, y a este propósito Freud rinde homenaje a la escuela de Zúrich por haber fijado “la exigencia de que todo el que pretenda llevar a cabo análisis en otros deba someterse antes a un análisis con un experto” (1912 [1976: 116]).