Aislamiento

Mecanismo de defensa frecuente en las neurosis obsesivas, que consiste en aislar un pensamiento 1] de la carga afectiva a la que está vinculado 2] del contexto significativo en el que está introducido. De esta manera el pensamiento, la fantasía o el recuerdo pueden tener libre acceso a la conciencia, mientras la emoción o el contexto, por lo general dolorosos vinculados a ellos siguen siendo inconscientes.

S. Freud, que relaciona ese aislamiento con el mecanismo arcaico de defensa que consiste en “no tocar” (v. contacto), escribe: “Sabemos que en la histeria es posible relegar a la amnesia una impresión traumática; es frecuente que no se lo consiga así en la neurosis obsesiva: la vivencia no es olvidada, pero se la despoja de su afecto, y sus vínculos asociativos son sofocados o suspendidos, de suerte que permanece ahí como aislada y ni siquiera se la reproduce en el circuito de la actividad de pensamiento. Ahora bien, el efecto de ese aislamiento es el mismo que sobreviene a raíz de la represión con amnesia.” (1925 [1976: 115]). Por su parte Anna Freud subraya la importante función del aislamiento para determinar un tipo de resistencia a la asociación libre durante la terapia: “Sabemos que, en la formación sintomática, el yo neurótico-obsesivo usa la técnica defensiva del aislamiento. Por lo tanto deja los vínculos significativos y conserva así los impulsos pulsionales en la conciencia. En consecuencia, también la resistencia del paciente neurótico-obsesivo es diferente. No calla; habla aunque se encuentre en un estado de resistencia; pero al hablar abandonará todo vínculo detrás de sus asociaciones; aísla representación y afecto de manera que sus asociaciones nos parecen, en pequeña escala, tan insensatas como, en mayor escala, sus síntomas neuróticos-obsesivos” (1936: 173- 174; v. ceremonial).
BIBLIOGRAFÍA: Freud, S. (1936); Freud, S. (1925).

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