Estado emotivo pesaroso que puede prolongarse por cierto tiempo, suscitado por la pérdida de algo a lo que se le atribuye un particular valor.
La aflicción es tanto y más intensa cuanto mayor es el valor atribuido. Las manifestaciones más graves se presentan con la pérdida de las personas queridas (v. duelo). Son características de la aflicción: 1] dificultad respiratoria con postración, tensión y sensación de irrealidad, 2] abulia o ajetreo sin finalidad, 3] sentimientos de culpa o de remordimiento, 4] hostilidad hacia cualquiera que haya tenido relación con la cosa o la persona perdida, 5] identificación con la persona desaparecida, de la que se tiende a adoptar intereses, hábitos y en ocasiones los rasgos característicos. Generalmente estas perturbaciones desaparecen después de algún tiempo. Su persistencia después de un lapso razonable es síntoma de depresión (v.) que, respecto a la aflicción, que es un estado fisiológico, se registra en la patología.