Desorden de los mecanismos psicosensoriales que intervienen en la comprensión y en la expresión del lenguaje y que se elaboran en una limitada región del hemisferio cerebral dominante, que abarca el área de la corteza asociativa y formaciones subcorticales (v. lingüística, § 2).
Registrada entre los trastornos centrales del lenguaje (v., § 5, a), la afasia abarca las alteraciones que afectan la palabra (afasia verbal) y las que afectan el discurso (afasia discursiva); forman parte de las afasias los defectos de adquisición del lenguaje atribuibles a la sordera (v.), las disartrias (v.) debidas a lesiones del aparato de fonación o de las vías nerviosas aferentes de los centros del lenguaje, y las alteraciones del lenguaje debidas a lesiones de otras estructuras cerebrales hemisféricas, como las lesiones frontales y subcorticales.
1] AFASIA VERBAL. Se incluyen en este grupo las alteraciones del lenguaje que se refieren a la elección y a la articulación de la palabra, y no a las disartrias (v.), que se refieren a la ejecución motriz de los fonemas y de las palabras. A este propósito es frecuente distinguir: a] La disfasia, término más apropiado que “afasia” que en sentido estricto significa “completa falta de lenguaje”. Se trata de la dificultad para recordar voluntariamente una palabra precisa a fin de nombrar el objeto que el sujeto asegura conocer exactamente. La disfasia, que obliga con frecuencia al empleo de perífrasis, puede aparecer en la edad infantil, o como consecuencia de un daño neuroló- gico o efecto de un desorden afectivo precoz que afecta en modo particular la esfera de la relación. En el adulto, cuando se excluye el daño neurológico, la disfasia puede depender de estados de ansiedad, cansancio, intoxicación y vejez. b] La parafasia se caracteriza por la aparición de una palabra equivocada que tiene con la palabra exacta una relación que puede ser conceptual, como “tenedor” en lugar de “cuchara” (parafasia semántica), o por asonancia, “casa” en vez de “pasa” (parafasia morfológica). Cuando la alteración concierne a la combinación de los fonemas se habla de parafasia fonémica, y de neologismo cuando el término adoptado no tiene ningún nexo nininguna consistencia de empleo con la palabra esperada.
2] AFASIA DISCURSIVA. Se incluyen en este grupo las alteraciones del lenguaje que abarcan las modificaciones cualitativas y cuantitativas del discurso. Se distinguen afasias con emisión verbal fluida, que corresponden a la realidad clínica encontrada por C.K. Wernicke, y afasias con emisión verbal lenta y reducida, que corresponden a la realidad clínica encontrada por P.P. Broca. En ambos casos se trata de grupos sintomáticos que permiten aislar las diversas formas en términos descriptivos.
a] La afasia de Wernicke con emisión verbal fluida ataca la comprensión o la emisión, no así la articulación del lenguaje que, aunque abundante, es escasamente informativo por exceso de repeticiones y por la sucesión asintáctica de las frases. Con frecuencia es imposible descubrir la intención verbal del sujeto que, la mayor parte de las veces, no está consciente de que su producción verbal no es comprendida por los otros. La afasia de Wernicke cambia de aspecto de un paciente a otro y se combina con alteraciones de alexia (v.) y agrafia (v.).
b] La afasia de Broca con emisión verbal lenta y reducida depende de la gravedad de la lesión del área de Broca (v. corteza cerebral) y va de la afasia completa a la afasia media o leve, en la que la reducción de velocidad del habla va acompañada de la falta de iniciativa verbal, con producciones pobres y titubeantes. Cuando la afasia no es completa o es de evolución progresiva es posible una parcial recuperación caracterizada por fragmentos de agramatismo, llamada también afasia sintáctica por la falta de las partículas gramaticales que sirven para unir los diversos vocablos, y por la incorrecta conjugación de los verbos, declinaciones de los sustantivos, congruencia de los adjetivos y de los adverbios (paragramatismo), que hacen difícil la comprensión de la frase aunque las palabras sean pronunciadas correctamente. Cada uno de los síntomas afásicos tiene un particular significado diagnóstico en relación con la cualidad y la cantidad de las lesiones, incluso si la teoría de las localizaciones (v.), sostenida por Broca, tiende a ser sustituida por la teoría de la plasticidad del sistema nervioso, con la consiguiente capacidad de que áreas que quedan intactas asuman las funciones de las áreas dañadas (v. holismo).
BIBLIOGRAFÍA: Basso, A. (1977); Broca, P.P. (1861); Freud, S. (1891); Gianotti, G. (1983); Goldstein, K. (1933); Jakobson, R. (1956); Jakobson, R. (1944); Luria, A.R. (1975); Marie, P. (1906); Nielsen, J.M. (1946); Pizzamiglio, L. (1968); Wernicke, C.K. (1874).