Expresión que acuñó W.G. Sumner, en 1906, para denotar la actitud de quien presupone, acríticamente, la superioridad de su propia cultura respecto a las otras. La superación del etnocentrismo fue la primera conquista antropológica para el estudio de otras culturas.
Como recuerda M.J. Herskovits, “el etnocentrismo es el punto de vista según el cual la propia manera de vivir es preferible a todas las demás. Muchos individuos, derivando lógicamente del proceso de enculturación de su propia infancia, experimentan este sentimiento en relación con su cultura, lo expresan verbalmente o no. […] De alguna manera el etnocentrismo se debe considerar como un factor que contribuye a la adaptación y a la integración social. Para reforzar el yo en términos de identificación con su grupo, cuyas formas de vida se aceptan implícitamente como las mejores, esto es de la mayor importancia. Pero cuando, como sucede en la cultura euroamericana, esto se racionaliza y se pone en la base de programas de acción en beneficio de otros pueblos, origina problemas muy serios” (1948: 68). Como superación del etnocentrismo Herskovits propone el relativismo cultural, que se expresa en los tres principios que él mismo presentó al Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas en 1947: “1] El individuo realiza su personalidad a través de su propia cultura; por consiguiente el respeto a las diferencias individuales implica el respeto a las diferencias culturales. 2] El respeto a las diferencias entre las culturas encuentra su validación en la ciencia, que no ha descubierto ninguna técnica de evaluación cualitativa de las culturas. 3] Las costumbres y los valores son relativos a la cultura de la que se derivan” (1947: 115). T.W. Adorno interpretó el etnocentrismo como una característica típica de la personalidad autoritaria, para definir la cual elaboró un test (v. autoridad).
BIBLIOGRAFÍA: Adorno, T.W. et al. (1950); Herskovits, M.J. (1947); Herskovits, M.J. (1948)