Terapia electroconvulsiva (v. convulsiva, terapia) caracterizada por el pasaje de breve duración (de 0.1 a 0.8 segundos) de corriente eléctrica alterna con un voltaje que va de entre 110 a 140 volts, mediante dos electrodos puestos simétricamente en la piel de las regiones frontotemporales (electroshock bilateral) o bien mediante un electrodo en el vértice de la caja craneana y uno en la región temporal (electroshock unilateral).
Una variante del electroshock (ES) es la electronarcosis (EN), que difiere por las modalidades de administración de la corriente y por su voltaje. El electroshock generalmente se practica dos o tres veces a la semana, con narcosis previa, hasta un total de 8 a 12 aplicaciones. El empleo de esta terapia, que ha ido disminuyendo por las críticas sobre la legitimidad del usar un instrumento mecánico para curar trastornos psíquicos, por la indeterminación de sus modalidades de acción y por sus efectos a largo plazo, se encuentra indicado para las depresiones endógenas, en las que se registra el máximo de eficacia; para las interrupciones psicomotrices y para casos de esquizofrenia catatónica. Las contraindicaciones hacen referencia a los daños miocárdicos, las vasculopatías cerebrales y los trastornos de la memoria especialmente para los hechos más recientes.
BIBLIOGRAFÍA: Breggin, P.R. (1979); Cerletti, U. y L. Bini (1938); Kalinowsky, L.B. (1959-1966)