Fenómeno que sucede especialmente entre los niños y los jóvenes desde los seis años hasta la adolescencia, por el cual el sujeto ve, de forma viva y rica en detalles, imágenes ópticas, incluso siendo consciente de que no corresponden a una realidad presente. Este conocimiento diferencia a las imágenes eidéticas de las alucinaciones (v. imagen, § 6). E.R. Jaensch, quien estudió el fenómeno, distingue dos tipos eidéticos: en uno las imágenes pueden evocarse y cancelarse a voluntad; en el otro se imponen y desaparecen independientemente de la voluntad del sujeto.
Con base en pruebas farmacológicas, el primer tipo se relacionó con la hipersecreción tiroidea y el segundo con la hipersecreción paratiroidea. Entre estos dos extremos Jaensch inserta los tipos de integración que, según la posición que ocupa su centro psíquico de gravedad, se clasifican como tipos con integración externa prevaleciente (extraintregrados) o con predominio de la integración interna (intraintegrados). A estos tipos contrapone Jaensch los cenestésicos, que se construyen un mundo externo subjetivo a partir de su interioridad.
BIBLIOGRAFÍA: Jaensch, E.R. (1919); Spieth, N.R. (1949)