El término, de origen griego, significa impasibilidad, insensibilidad, ausencia de pasiones (de π′αυος con α privativa). Introducido por los estoicos para indicar la serenidad del alma que se alcanza con la independencia del influjo de las pasiones, lo retomó B. Spinoza para denominar el grado de perfección que se alcanza en la actividad racional cuando se libera del mundo de los afectos. I. Kant señaló la apatía como ideal de la razón y como estadio posterior al de la simpatía (v.), que sirve para guiar al hombre antes de que la razón alcance su madurez.
BIBLIOGRAFÍA: Bleuler, E. (1911-1960); Young, P.T. (1943).