La moda es un producto de lo nuevo, que rompe la estructura moralista y sacude los viejos estándares de la belleza y de la estética y establece los propios, así mismo juzga mediante la oposición de valores a la sociedad: elegante, descuidado, fino, grotesco. Es el prototipo del buen gusto y del buen vestir, accesible únicamente a la élite (Linares, 2006). Esta pregunta en realidad encierra el signo mismo de su respuesta. Los valores han perdido prestigio, se desestabilizan, frente al síntoma de una sociedad enferma, que promueve la moda en base a su descomposición, como bien lo muestran las modelos, que lejos de estética anuncian la muerte, la anorexia, la desnutrición contraponiéndose al primer valor fundamental: el derecho a la vida. Y digo nuevamente se desestabilizan porque los valores son incongruentes con el sistema que representa el bienestar de la sociedad, tanto instituciones gubernamentales como los medios de comunicación contradicen y agreden el derecho a la integridad, con promoción de productos que suelen ser nocivos para la salud, una programación estructurada principalmente en la violencia, con pocos valores éticos como la promoción de una mujer utilitaria. Y por si fuera poco ocultan el derecho a la libertad, con estrategias escolares poco constructivas y significativas propias del nuevo paradigma del aprendizaje. Definitivamente más allá de que valores pasen de moda, la moda desestabiliza los valores y confunde los sentidos.
Ende, M. (1993). La prisión de la libertad. España: Alfaguara.
Klimovsky, G. (2011). Ciencia ideológica. En J. A. Sabato, El pensamiento latinoamericano en la problematica ciencia-tecnología-desarrollo-dependenca (págs. 39-62). Argentina: Ediciones Biblioteca Nacional.
